Los gestores de negocios, directores generales, financieros, de recursos humanos, directores de proyecto, los técnicos, abogados, fiscalistas, contables, financieros … Todos saben -y estoy segura de que en alguna ocasión todos han padecido- el desgaste personal y la falta de productividad que supone afrontar un “conflicto interno”.
Y ¿qué es un conflicto interno, de qué hablamos cuando decimos que en la empresa hay conflictos que no salen a la luz? Hablamos de una máquina que, estando engrasada para generar beneficios mediante la prestación de servicios o la producción de bienes, y teniendo un engranaje en continuo funcionamiento, está formada por personas que traen, diariamente, al trabajo, sus miedos, expectativas, inquietudes y deseos. Más aún en estos momentos, de tanta incertidumbre.
Esas personas, sus actitudes y aptitudes, que son las condiciones indispensables y básicas para el correcto funcionamiento de la máquina, tienen la llave del éxito de tu empresa. Y pasan la mayor parte del día en su lugar de trabajo, con lo cual las fricciones están garantizadas. Falta de reconocimiento, de motivación, de defensa de los intereses propios frente a los ajenos, de compromiso, de … Las más variadas situaciones pueden estar en el origen de los conflictos internos, generalmente latentes en la mayoría de las empresas y que suelen, sencillamente, ignorarse.
Desde ASEMARB te invitamos a tomar el control, también de estas pequeñas pérdidas. Por poner el ejemplo más sencillo, es evidente que un directivo o un trabajador poco motivado son una oportunidad perdida para la mejora continua y el bienestar en tu organización.
La generación de conflictos internos es diaria y continua, tanto en las empresas, individualmente consideradas, como en los grupos empresariales, en los cuales puede incluso extenderse a varias de las empresas del grupo, en forma de disputa o conflicto de los que dos empresas no vinculadas llevarían a los Tribunales. En este último caso, las soluciones en un grupo empresarial pueden ser muy variadas: desde establecer la norma de “no demandarse” hasta negar la existencia del conflicto tanto como sea posible, procurando que los responsables de su gestión alcancen una solución al mismo. Todo lo cual no deja de ser una –o muchas- pérdidas encubiertas, de productividad, de eficiencia … de rentabilidad, en definitiva.
En ASEMARB estamos convencidos de que introducir en el seno de la empresa mecanismos internos de resolución de conflictos, aceptados y conocidos por el personal, redunda en beneficio de todos, presupuestos incluidos. La mediación como canal comunicación y de resolución corporativa de conflictos resulta aconsejable desde todos los puntos de vista.
Y no es una invención, basta comprobar la aceptación que la figura del Ombudsman organizacional o figuras como los asesores de ambiente respetuoso tienen en organizaciones internacionales y en grandes empresas. En nuestro país hay ciertas iniciativas similares que se están poniendo en marcha en el ámbito sanitario y de prisiones.
Ni tampoco se trata de ensoñaciones, de pretender trabajar en Wonderland. Pero … ¿por qué no?, diría yo.
Asumiendo que el conflicto interno es real, estamos hablando de un equipo directivo que, centrado en la rentabilidad de su empresa y en la gestión global y eficiente de la misma, y tomando conciencia de que el grupo de personas de las que responden está inmerso en multitud de conflictos que les hacen perder imagen y dinero, toman la decisión de implantar una política de empresa conducente a la autocomposición, en un clima colaborativo, de fomento de la comunicación y de búsqueda de puntos de encuentro.
Las dos razones clave de porque la debes mediación
es importante la resolución de conflictos en tu empresa
1. La rentabilidad que genera la mediación
Los conflictos internos generan multitud de costes directos –huida de trabajadores valiosos, bajas por lesiones musculares, estrés, depresión, ansiedad- e indirectos como errores de gestión, pérdidas de beneficios, de oportunidades, de mejora, de negocio, mala calidad del trabajo realizado con el consiguiente perjuicio para la imagen de la empresa, etc.
Tras tomar conciencia de que los conflictos internos son reales, la implantación de un sistema de mediación interno supone que el equipo directivo lanza un mensaje claro a su empresa: un mensaje de escucha y de aceptación de las dificultades, como motor del cambio y como fórmula para mejorar la rentabilidad del grupo.
En ASEMARB sabemos que adoptar este tipo de medidas no es una debilidad, sino una forma, inteligente, de hacer negocios.
2. Responsabilidad social corporativa
Nadie duda que la responsabilidad social corporativa, la imagen que la sociedad tiene de una empresa, es esencial para su consolidación y crecimiento. La responsabilidad social corporativa habla de cómo somos y de cómo nos perciben, de por qué han de contratarte a tí en lugar de a tu competidor, de cuál es el beneficio que dejas en la sociedad, lo que aportas, en lo que contribuyes.
Un buen clima de trabajo con oportunidades reales de desarrollo para los profesionales de tu empresa puede ser un elemento diferencial que te distinga del resto. Implantar una cultura de paz, de aceptación de los conflictos y de integración de las diferencias es un buen ejemplo a seguir y un mensaje positivo que lanzar al conjunto de la sociedad.
Sé un pionero e incluye tu propio programa de mediación interna, tu forma única de resolver las situaciones de conflicto que afrontáis a diario en vuestra organización, como un apartado más de tu política de responsabilidad social corporativa.
Y, ¿esto cómo se hace? Contacta con nosotros y te ayudaremos a encontrar la fórmula que mejor se adapte a las necesidades de tu empresa.
La idea de establecer la mediación en una empresa puede ser beneficiosa, y es que en el momento en el que surja un problema se sabe como actuar ante este y buscar una solución rápida que beneficie los intereses de las partes. ¡Muy interesante el artículo!